La imposible tarea de no enamorarse de un pedacito del paraíso.

Llegaste a la Isla de Margarita con la idea de visitar tantas playas como fuese posible, porque estas es una de los lugares más atractivos que ofrece el Caribe. Fuiste a Playa el Yaque porque te dijeron que el ambiente es lo máximo. Visitaste Playa Parguito porque te comentaron que era un sitio vibrante y con una gastronomía llamativa.

Pero ¿y ahora qué? 

Si bien es cierto que, prácticamente, todo lo que nos rodea puede ser considerado una playa (ya es campo de la geografía decidir exactamente qué es cada sitio) hay lugares mucho mejor que otros para disfrutar de lo que la naturaleza nos regala en forma de olas que llegan rítmicamente a llevarse a una arena que fácilmente puede ser considerada como los problemas de nuestra vida.

Dicho esto, ¿a dónde ir? se puede convertir en unos de esos dolores de cabeza que parecen tontos en la lejanía pero que a medida que te acercas a ellos van cobrando parte del terreno de pensamientos de tu cerebro hasta convertirse en un nudo, mas tonto de lo que quieres admitir y mas importante de lo que quieres reconocer. 

Por lo tanto te voy a ayudar el día de hoy, te voy a contar sobre uno de esos sitios que encapsulan perfectamente lo que es la experiencia de Margarita. Un sitio que sirve para sacar los nudos de tu cabeza y dejar que el agua se lleve todo lo que no quieres y que solo nos quede lo que queremos.

Te voy a contar sobre Playa Guacuco.

Ubicada en la cara este de Margarita y llamada así porque en tiempos de la colonia podías encontrar guacucos (almejas) con una facilidad pasmosa en la arena, esta línea de mar es una mezcla de todo lo que puedes pedir de este tipo de ambiente. Comenzamos con un asiento en primera fila para disfrutar de los amaneceres o de la salida de la luna (cuando hay luna llena puede ser sinónimo de la palabra perfección). 

Seguido de un oleaje que se adapta a tus gustos, es decir, si eres aficionado a los deportes acuáticos, puedes surfear, hacer morey boogie o surf de orilla, si quieres disfrutar de una agua cristalina, vas a encontrarla en una muy buena parte de su orilla que, de paso, es sumamente calma, perfecta para esas tardes en familia.

A lo largo de ella, podrás encontrar diversos kioscos o restaurantes que ofrecen los populares “toldos con tumbonas” además de que tienen cocinas listas para preparar cualquier plato de gastronomía marítima, porque seamos honestos ¿Quién no sueña con comerse un pescado frito mientras ve el azul infinito del Mar Caribe? y, por si fuese poco, también podrás encontrar varias empanaderas para desayunar la perla de la cocina margariteña, es decir, una empanada de cazón calientita.

Si todo esto te convención y quieres hacer de esta playa tu hogar durante tu estadía en esta partecita del Caribe, puedes encontrar posadas en la zona para una estadia mas acogedora u hoteles con todos los lujos como Maloka, y con extras únicos como el Tamarindo Paradise y su tirolesa de 350 mt de largo que te llevará desde el techo del hotel hasta la playa en un paseo que te roba el aliento.

En el paraíso hay algo para cada quien y así es Playa Guacuco, una experiencia para cada gusto, que no deja de enamorarte. En tu próxima venida a la Isla ¡visitala!